Pequeñas y cómodas rutas de senderismo, en las que practicar un poco de ejercicio y descubrir la cultura, el arte y la naturaleza...

EL CAMINO DE LOS PRODIGIOS

¿Apología del Land Art?

Miranda del Castañar y Villanueva del Conde, 12 de Junio de 2013

Siempre hemos sido torpes y ciegos para ciertas demostraciones de arte moderno y, la mayoría de las veces, las consideramos una forma más de tomadura de pelo de las muchas que se dan en nuestra sociedad. ¡Tal es nuestra ignorancia!



Este camino se encuentra atiborrado de “land art”, expresión anglosajona para denominar una modalidad de arte contemporáneo que utiliza el entorno natural como soporte de la obra y cuyo objeto es producir emociones plásticas en el espectador. Pero nuestras emociones se encuentran muy lejos de la verborrea poética con la que los artistas justifican su trabajo y sentimos estupor ante este ataque, tal vez no solo estético, a un paisaje que por sí solo es una obra de arte. Un arte conceptual sobre cuya idea aún estamos especulando, un arte que más bien nos parece objetual, donde el objeto predomina sobre un concepto traído por los pelos como mero reclamo publicitario. Una cama niquelada en medio de una senda que atraviesa un frondoso sotobosque de melojos y madroños no produce en nosotros más que una leve arcada de aturdimiento, ¡seremos torpes!, y muchas dudas de porqué salimos a pasear al campo.






Y no practicamos hiking, ni treekking (o eso creemos), solo salimos a pasear al campo buscando la manera de conjugar un poco de ejercicio, que no deporte, con cultura tradicional y medio ambiente….. y tal vez huir de la ciudad. ¡Cultura Tradicional!. 
Pero, seguro, no salimos al campo a ver camas de psiquiátrico.
Somos conscientes de que no paseamos por territorios vírgenes y que el hombre, unas veces aliado con la naturaleza y otras no, ha modificado en su beneficio el entorno en una lucha continua por la supervivencia. Pero estas modificaciones, son el marco en el que se desarrolla la cultura tradicional, cultura en la que de alguna u otra manera todos somos partícipes o herederos y a algunos nos agrada recordar, que no revivir. Algunos senderos, como elementos de esta cultura hay que conservarlos y restaurarlos, utilizándolos para dinamizar la economía de la zona en que se encuentran, sin perder su identidad. En otros ámbitos, no entenderíamos que se desvirtuara una obra de arte solo para provocarnos con fines artísticos.

No todas las manifestaciones de “land art” nos han producido este desasosiego, pero en este caso nos ha empachado su elevado número y hemos tenido la sensación de estar recorriendo los pasillos de un museo de arte moderno al que evidentemente no era nuestro deseo acudir.
Aplaudimos incluso estas iniciativas cuyo objeto fundamental es impulsar una actividad económica para fijar y si es posible aumentar la población en zonas rurales de pocos recursos agrícolas y aquejadas, por esta causa, de una gran pérdida de habitantes. Pero entendemos que hay que hacerlo con ciertos criterios, actuando como una caja de resonancia que aumente los valores intrínsecos de estos caminos y no modificándolos, reconstruyendo los elementos de arquitectura tradicional, repoblando donde haga falta, cultivando parcelas si es necesario, colocando paneles informativos sobre fauna, flora o cultura tradicional, proporcionando servicios, manteniendo los caminos y señalizándolos adecuadamente, si no homologándolos.
Y nosotros los caminaremos, porque esa es nuestra elección.



A pesar de nuestra crítica anterior, reconocemos que el reclamo funciona. Pocos senderos hemos visto tan frecuentados; y nos alegra, no siempre tenemos la posibilidad de intercambiar pareceres sobre el camino que estamos realizando con otros colegas paseadores. La desorientación fue el comentario más común, nosotros mismos hicimos el camino, ¡un pequeño despiste!, en el sentido dextrógiro al revés de como se encuentra señalizado, en sentido levógiro o contrario a las agujas del reloj. Sin embargo, el camino, en el sentido previsto, está bien señalizado aunque podría mejorarse para evitar algunos pequeños deslices. Tal vez el tamaño de las balizas o la confusión con señales de otras sendas,..., pero el punto más conflictivo, según nuestros interlocutores, fue localizar en Villanueva del Conde la continuación del camino. 

Hacer el camino en sentido dextrógiro es prácticamente imposible sin los "sofisticados" medios electrónicos como los que nosotros disponíamos, a saber, un vulgar Smartphone Samsung con gps y no precisamente muy actual, con la ruta que la Diputación de Salamanca ofrece en su web sobre la ruta, insertada en el magnífico programa Oruxmaps para Android con los mapas del IGN. Como ejemplo de la dificultad: la entrada a la vereda de la ruta desde el camino de concentración en el punto 40º30'07,66'' N 6º00'08,15''O está prácticamente oculta por la vegetación y carece de señalización, repetimos que esto ocurre al hacer la ruta en sentido contrario, ya que en el sentido previsto está perfectamente señalizada.

Pero el senderismo no debería requerir el uso de GPS, ya que consiste en realizar recorridos por caminos balizados cuya señalización debería de ser suficiente; y al margen de la dificultad, esta es la mayor diferencia con el excursionismo (treekking) en el que se camina libremente en muchos casos haciendo camino al andar. Pero nosotros no practicamos hiking, ni treekking, ni ningún otro anglicismo acabado en ing y que venga a significar pasear por el campo; y la experiencia nos dice que estas pequeñas ayudas, al alcance de todos, son grandes aliadas si no queremos que un pequeño despiste arruine un agradable paseo.



El camino es exigente, superando desniveles de 300 metros, parece razonable comenzarlo en Miranda de Castañar (649msnm) para alcanzar Villanueva del Conde (800msnm) siguiendo la ruta en el sentido contrario a las agujas del reloj, por donde el camino es más largo y por lo tanto la ascensión es más tendida. Realizando el regreso en descenso, salvo el último repecho de ascensión a la loma sobre la que se encuentra Miranda del Castañar. Transcurre por un maravilloso paraje de sotobosque de robles melojos acompañados en muchos tramos por madroños. Castaños y fresnos, en menor medida, completan la masa arbórea dominante. Escobas y helechos predominan en la zona arbustiva, así como hiedra en zonas de umbría. Son frecuentes las terrazas de cultivo con vides, olivos y cerezos y en la cercanía de las poblaciones encontramos una buena cantidad de huertos familiares. Los caminos son variados, desde estrechas veredas empedradas hasta caminos de concentración, incluso algún pequeño tramo de carretera. Las vistas del ondulante paisaje, en cuyo horizonte se recortan las elevadas cumbres de la sierra de Béjar, todavía nevadas, son absolutamente maravillosas. Por si fuera poco, los dos pueblos del camino ofrecen indudables atractivos: La peculiaridad urbanística y la magnífica arquitectura tradicional de Villanueva del Conde y el conjunto histórico-artístico de Miranda del Castañar con su fortaleza y recinto amurallado que confiere a la población un marcado aspecto medieval.
¡Un gran plan, que no necesita prodigios!








Track del Camino de los Prodigios

ENLACES
Información de la Diputación de Salamanca

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